domingo, 11 de diciembre de 2011

Época heroica-patricia.

En esta época la familia tenía una importancia fundamental. El padre, pater familias, ejercía la máxima autoridad, aunque la madre también tenía un lugar relevante (más que en Grecia), atendía a sus hijos en la primera infancia.
Desde los siete años el padre se ocupaba de la educación del niño, quien se iniciaba en los aspectos de la vida civil acompañando a su padre a los tribunales, a las sesiones del senado y a festines. Las niñas se quedaban en la casa al cuidado de la madre aprendiendo los quehaceres domésticos.
A los 16 o 17 años entraba en el ejército y en la vida pública, pero antes había dedicado un año al aprendizaje de ésta, el tirocinium fori . De ello se encargaba, generalmente, un hombre político experimentado, viejo amigo de la familia, con quien solía seguir después algunos años.
En general, en la educación romana de esta época predominaba un espíritu de sobriedad, de austeridad, de laboriosidad y de disciplina que caracterizaba a la sociedad de la época. En cuanto a los contenidos, se enseñaba educación física, con carácter premilitar más que deportivo, y una educación jurídico-moral, basada en la Ley de las Doce Tablas. Al mismo tiempo, aprendía lo que necesitaba un terrateniente, como la agricultura y el cálculo. Era una educación para la vida y sin escuelas, aunque con maestros privados.
En síntesis, en esta época:
El romano se educaba en la familia. Más que el aspecto informativo tiene importancia el formativo. El niño romano se educaba en las costumbres de los mayores por medio del legado de los antepasados. La tradición tiene una importancia fundamental. El familiarizarse con las virtudes era el fin y el contenido de la formación. Estas virtudes eran:
- Pietas: Respeto y devoción a los padres y a la divinidad.
- Constantia: Fuerza de ánimo y valor.
- Gravitas: Austeridad y seriedad de vida; sentido del honor y la dignidad.
- Fides: Valor físico, consagración al Estado. Honradez en las relaciones con los demás.
El método empleado era activo: todo se aprendía en contacto con la realidad, por imitación a los padres y antepasados.
El objetivo de la educación romana antigua era inculcar al niño un sistema severo de valores morales, un estilo de vida, para la salvaguarda y el bienestar del Estado.
Estos contenidos nunca fueron olvidados a lo largo de la historia y de la educación romana. Las virtudes y las maneras de ser características de la aristocracia campesina siguieron vigentes.

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